Monday, June 22, 2015

El Quinto Evangelio - Fragmanto sobre la Tentacion de Cristo

Libro :  EL QUINTO EVANGELIO   “SEGÚN LA CRÓNICA DEL AKASHA”

“QUINTA CONFERENCIA”

...
La Crónica del Akasha y el Quinto Evangelio nos indican que el Cristo primero fue
conducido a la soledad. Jesús de Nazareth, en cuyo cuerpo ahora estaba el Cristo, se había
privado de todo lo que le había vinculado con el mundo; y el Cristo, que sólo ahora había
arribado a la tierra, ante todo fue atraído por lo que, debido a las impresiones conservadas en la
memoria, firmemente se había grabado en el cuerpo astral. En cierto modo, el Cristo se decía a sí
mismo: este es el cuerpo que había visto que Arimán y Lucifer huyeron, y que había sentido que
los esenios, en su aspirar, empujan hacia los demás a Arimán y Lucifer. Hacia estos dos, el Cristo
se sintió atraído, pues son ellos con quienes los hombres deben luchar. A la soledad, para luchar
con Arimán y Lucifer, fue atraído el Cristo, que por primera vez vivió en un cuerpo humano.






Creo que en gran medida es verdadera la escena que ahora voy a relatar. Observar semejantes
cosas en la Crónica del Akasha es muEl último ataque lo emprendió Arimán solo, diciendo al Cristo lo que encuentra su expresión en el Evangelio de
Mateo: Haz que lo mineral se convierta en pan; si te jactas de poseer fuerzas divinas, di que estas
piedras se hagan pan. Mas el Cristo respondió: no sólo de pan vivirá el hombre, sino de lo
espiritual que proviene de los mundos espirituales. Esto lo sabía muy bien el Cristo, porque
acababa de descender de los mundos espirituales. Pero Arimán le respondió: por más que tú ten-
gas razón, realmente esto no me impide tenerte sujeto, en cierto sentido. Tú únicamente sabes lo
que hace el espíritu que desciende de las alturas; jamás estuviste en el mundo humano. Aquí
abajo, en el mundo humano, viven hombres que verdaderamente necesitan que las piedras se
hagan pan, pues no les es posible nutrirse de espíritu solamente. Este fue el momento en que
Arimán decía al Cristo algo que en la tierra se podía saber, pero que el Dios que en aquel
momento había descendido, desconocía. El no sabía que aquí abajo hacía falta convertir en pan el
mineral, el metal. Y Arimán respondió que aquí abajo el hombre se ve en la necesidad de nutrirse
con el dinero. He aquí el punto en que Arimán todavía tenía poder. Y él dijo entonces: ¡Voy a
valerme de este poder! Esto es el verdadero relato de la tentación.y difícil, por lo que advierto expresamente que ciertos
pormenores posiblemente haya que modificarlos en forma insignificante; pero lo esencial está.
Muchas veces me he referido a que la escena de la tentación, los Evangelios la relatan según
distintos aspectos. Me he esforzado en investigarla, y voy a contar imparcialmente como ella
realmente fue. En la soledad, el Cristo en el cuerpo de Jesús de Nazareth, primero encontró a
Lucifer, la entidad que se aproxima al hombre presuntuoso, falto de humildad y conciencia del
propio ser. Lucifer se dirige al falso orgullo y a la altanería del hombre. Lucifer se enfrentó al
Cristo, diciéndole, aproximadamente, lo que también figura en los otros Evangelios: ¡Mírame!
Los reinos en que el hombre ha sido colocado, fundados por los antiguos dioses, ya son
anticuados. Yo voy a fundar un nuevo reino y te daré todo lo que de belleza y gloria en los
antiguos reinos existe, si tú entras en mi reino. Pero debes separarte de los otros dioses y
reconocerme a mí. Lucifer le describió toda la belleza de su propio mundo, y todo lo que hablaría
al alma humana, si ella tuviera un poco de orgullo. Pero como Cristo había venido de los mundos
espirituales, sabía quién es Lucifer y a qué debe atenerse el alma para no ceder a la tentación.
Cristo no conocía la tentación de Lucifer, pero El sabía cómo se está al servicio de los dioses, y
poseía la fuerza para rechazar a Lucifer. Para un segundo ataque, Lucifer llamó a Arimán para
que éste le ayudase; y ambos se dirigieron al Cristo. Uno trató de incitarle al orgullo: Lucifer; el
otro habló a su miedo: Arimán. De esta manera, aquél le dijo: Con mi espiritualidad, con lo que
yo puedo darte, no te hará falta lo que ahora necesitas por haber adoptado, como Cristo, un
cuerpo humano. 'Este cuerpo te subyuga, te obliga a reconocer las leyes de la gravitación. Si yo te
arrojo al abismo, el cuerpo humano te impide quebrantar la ley de gravitación. Pero si tú me
reconoces a mí, yo voy a anular las consecuencias de la caída, y nada te pasará. Arimán le dijo:
yo voy a librarte del miedo, ¡arrójate! Ambos le acosaron, pero como en su acosamiento en cierto
modo se equilibraron, el Cristo pudo librarse de ellos; El encontró la fuerza que en la Tierra el
hombre debe encontrar para elevarse sobre Lucifer y Arimán. Arimán dijo entonces a Lucifer: tu
presencia me estorba; en vez de aumentar mis fuerzas, las disminuiste.





El último ataque lo emprendió Arimán solo, diciendo al Cristo lo que encuentra su expresión en el Evangelio de Mateo: Haz que lo mineral se convierta en pan; si te jactas de poseer fuerzas divinas, di que estas piedras se hagan pan. Mas el Cristo respondió: no sólo de pan vivirá el hombre, sino de lo
espiritual que proviene de los mundos espirituales. Esto lo sabía muy bien el Cristo, porque
acababa de descender de los mundos espirituales. Pero Arimán le respondió: por más que tú ten-
gas razón, realmente esto no me impide tenerte sujeto, en cierto sentido. Tú únicamente sabes lo
que hace el espíritu que desciende de las alturas; jamás estuviste en el mundo humano. Aquí
abajo, en el mundo humano, viven hombres que verdaderamente necesitan que las piedras se
hagan pan, pues no les es posible nutrirse de espíritu solamente. Este fue el momento en que
Arimán decía al Cristo algo que en la tierra se podía saber, pero que el Dios que en aquel
momento había descendido, desconocía. El no sabía que aquí abajo hacía falta convertir en pan el
mineral, el metal. Y Arimán respondió que aquí abajo el hombre se ve en la necesidad de nutrirse
con el dinero. He aquí el punto en que Arimán todavía tenía poder. Y él dijo entonces: ¡Voy a
valerme de este poder! Esto es el verdadero relato de la tentación.





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